Empecé en la danza a muy corta edad, no era mi propósito ser actriz. Por aquellos tiempos ser actriz significaba cumplir unos criterios de belleza marcados por la industria que no venían conmigo, así que de manera natural lo que si traía en mi esencia era la danza y fue ahí donde descubrí el drama y la comedia. La risa y el animo festero de las alegrías de Cádiz y el drama que había en una soleá. Y por esos entresijos hice un curso de teatro en el Pto. de Sta. Maria con el animo de añadir personajes a mi danza, y de ahí a descubrir lo que encerraba un texto y otras formas de sentir que no eran las mías y que me despertaron el veneno de teatro.
Pillé los bártulos mas íntimos y allá por los años 80 me fui a Estudiar al Instituto del teatro de Sevilla. El destino, burlón casi siempre, me descubrió otros caminos y en esa formación me encontré con todo lo que había soñado. Recién terminada la carrera, empecé a trabajar profesionalmente en el Centro Andaluz de Teatro y en otras compañías. He transitado un sin fin de personajes, situaciones y escenografías que han hecho de mis años un carrusel de experiencias sin precio. y en esta travesía empecé a ejercer como docente de danza y formación de actores, otra pasión que no me abandona y que siempre he ido ido alternando y que actualmente mantengo viva entre los tiempos que me dejan mis compromisos profesionales.
Mi vida es la historia de una pasión y una vocación que me ha llevado a construir todo un mundo escénico lleno de experiencias inolvidables entre las cuales se cuela también el cine, aunque no olvido que mi formación y mi amor nace y se desarrolla en el teatro, en ese contacto directo con el publico, que es y será siempre parte de mi familia emocional y escénica.